La inteligencia artificial (IA) ha experimentado un desarrollo exponencial en los últimos meses. Hace apenas un par de años, no se era capaz de reconocer de forma veraz y confiable, la voz o el reconocimiento de imágenes.
Hoy, las máquinas han aprendido con lenguaje natural a desarrollar un sin número de tareas. Por ejemplo, los sistemas de IA pueden detectar fraude de manera efectiva, o validar los requisitos para la concesión de un préstamo en minutos.
La IA reconoce patrones y evalúa opciones en nuestra vida cotidiana. Qué publicación de Instagram me gusta y me mantiene en la plataforma de redes sociales, qué precio en Amazon me anima a comprar y si quería dejarme los AirPods en casa.
En los últimos meses hemos asistido a una explosión de la «IA generativa» en particular, sistemas que crean nuevas posibilidades. Hemos visto avances en las capacidades de la IA que han impresionado incluso a los más escépticos.
Un espectáculo inteligencia artificial generativa
En pocos meses se lanzaron tres IAs generadoras de imágenes: Dall-E, Midjourney y Stable Diffusion. Introduces un texto y el sistema genera una imagen en pocos segundos. Pide «un astronauta montando a caballo en Marte» y la IA se pone en marcha. Una imagen de Midjourney fue portada de The Economist en junio de 2022, y otra ganó un premio en la Feria Estatal de Colorado. Una señal inequívoca de lo nuevo en el mercado
Sin embargo, los avances en IA generadora de texto son aún más emocionantes y sorprendentes por la velocidad y la calidad del resultado. El startup estadounidense OpenAI ha dado que hablar en todo el mundo con su chatbot «ChatGPT».
Este chatbot imita la red neuronal de un cerebro humano. El bot puede mantener conversaciones similares a las humanas y dar respuestas convincentes incluso a preguntas y diálogos técnicos más complejos. Se trata de un hito importante para los sistemas de IA, ya que el procesamiento del lenguaje ha demostrado ser una de las tareas más difíciles para la IA en el pasado.
El creciente uso de la IA en la vida empresarial
El informe State of AI, muestra que los avances en la industria también se están acelerando. Según McKinsey, el uso de la IA se ha más que duplicado desde 2017. La automatización robótica y la visión por ordenador son las funciones de IA que más se utilizan cada año. Además, la inversión en IA ha aumentado. En la actualidad, el 52 % de los encuestados afirma que el 5 % de su presupuesto digital se destina a inversiones en IA. En 2017, este porcentaje de encuestados aún se situaba en el 40 %.
Sin embargo, el uso de la IA sigue centrándose en las empresas de alto rendimiento en IA. Esto significa que las empresas que fueron líderes en términos de IA siguen construyendo su ventaja competitiva en la actualidad.
Estos líderes en IA están más comprometidos con la «industrialización de la IA» y la vinculación de su estrategia de IA a sus prácticas empresariales básicas. La razón por la que estas empresas siguen obteniendo mejores resultados es porque invierten más y gastan más en comparación con las rezagadas en IA, que a su vez atraen más talento (técnico) y de mejor rendimiento.
¿Qué podemos esperar la IA en el inmediato futuro?
En lo que ha avanzado el 2023, hemos visto más sistemas de este tipo que nos complementarán o sustituirán a los creadores humanos en muchos ámbitos. La generación de vídeo ya está en el mercado, al igual que la creación de medios personalizados. («Siri, muéstrame una película de 90 minutos sobre una directora ejecutiva que abandona su carrera para hacer fortuna como actriz, al estilo Steven Spielberg»).
Sin embargo, a pesar de los enormes avances y de que cada vez más empresas utilizan la IA, aún queda mucho por investigar antes de que podamos producir sistemas de IA completamente generales.
En los próximos años veremos nuevos avances en modelos de aprendizaje autosupervisado, aprendizaje continuo y generalización de tareas.
Las futuras aplicaciones de modelos lingüísticos con redes neuronales como BERT, por ejemplo, podrían permitir la interacción humana en distintos idiomas y contextos.
Es probable que obtengamos datos de mayor calidad para las lenguas utilizadas por poblaciones más reducidas y que los sesgos en los sistemas de IA puedan detectarse y eliminarse más fácilmente.
Como resultado, también podemos esperar que chatbots de IA como «ChatGPT» se vuelvan más parecidos a los humanos y se utilicen con más frecuencia en escuelas y universidades, por ejemplo.
A partir del 2024, y en los próximos años, veremos un mayor uso del reconocimiento facial para el control de acceso y las medidas de seguridad.
China es uno de los ejemplos más destacados en los que el gobierno ha integrado casi por completo la tecnología de reconocimiento facial en su sociedad. Sin embargo, queda por ver si más países seguirán el ejemplo chino, ya que es probable que esta omnipresencia de la IA en la sociedad plantee problemas de privacidad, vigilancia y ética.
Sin duda, el uso y la inversión en IA seguirán creciendo en los próximos años. Como muestra la encuesta de McKinsey, el 63% de los encuestados afirma que sus inversiones en IA aumentarán en los próximos años, lo que tendrá un impacto positivo en los ingresos y los costes.
Se espera que los ingresos mundiales de las aplicaciones empresariales de IA crezcan hasta un nivel de 31.000 millones de dólares en 2025. Sin embargo, el crecimiento de la IA debe ser transparente y controlado para abordar los problemas éticos y de privacidad.
Por lo tanto, los gobiernos y las empresas necesitan crear hoy leyes de IA que guíen el desarrollo de la IA en el futuro.
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