La pobreza vergonzante es una realidad que lleva a los que la sufren a una invisibilidad total, es un fenómeno social que no es muy reconocido, también llamado pobreza oculta, porque afecta en su mayoría a los copropietarios de estratos 3, 4 y 5 generalmente, debido a que si bien es cierto poseen bienes, no tienen pensión, y no son productivos y por ende no cuentan con ingresos para suplir las necesidades cotidianas como el pago de servicios públicos, la educación de los hijos, la cuota de administración y el alimento diario.
En Bogotá la secretaría de integración social hizo un rastreo de la situación y pudo evidenciar que en mayor medida las localidades que sufren este flagelo son Usaquén, Teusaquillo, Chapinero y Barrios Unidos.
Periodos largos sin ingreso y en algunas oportunidades poco ingreso y esporádico, mínima participación social hasta donde sea posible, desempleo o nada productivo que hacer, y en la mayoría de casos la vergüenza social de aceptar, que se está en condición de vulnerabilidad y se necesita ayuda, es de manera general el perfil de la pobreza vergonzante, también llamada pobreza oculta en propiedad horizontal.
Copropietarios que viven en pobreza vergonzante
Una de las barreras para superar el problema de la pobreza oculta tiene que ver con la educación, las tradiciones, la formación de la familia, y la estructura mental del copropietario que la sufre, debido a que el éxito en la vida siempre estuvo relacionado con el patrimonio y el capital propio que se acumula, de lo contrario sería tildado de fracasado en la vida, y es una de las razones más fuertes para no manifestar su necesidad y pedir ayuda especializada.
Las crisis actuales de salud y economía así como la tecnología son factores que dispararon la pobreza vergonzante
Uno de los impactos fuertes de orden social que aún no han sido atendidos por las entidades nacionales, departamentales, distritales y locales es precisamente este grupo poblacional, que por su particularidad, ubicados en estratos altos, no han recibido las ayudas necesarias a pesar que su crisis es aún mayor, pero que son copropietarios de difícil acceso y reconocimiento, puesto que generalmente son adultos entre 45 a 60 años, y adultos mayores más de 60 años, que la vergüenza social puede más que las grandes necesidades que están afrontando.
Por supuesto un factor adicional es que la productividad actual, pasa por la tecnología y precisamente son ellos los que menos conocimientos, experiencias, habilidades y destrezas tienen para competir en el mundo productivo actual, razón que no les favorece y los hunde más en la crisis.
Finalmente si bien es cierto poseen una copropiedad, una casa o apto, que también en muchos casos representa el esfuerzo del trabajo de sus padres por varias décadas, el cual no quieren perder y mucho menos vender por nada en el mundo, quien sufre actualmente pobreza vergonzante la única salida que no existe para ellos es salir del único patrimonio, donde quizás nacieron y han vivido toda la vida.
A pesar de un panorama tan oscuro en muchos casos, todavía hay vida y por ende hay posibilidad de intentar cambiar esta realidad tan agobiante, fue un firme propósito de alguien que recorrió este camino y con el último aliento decidió crear una fundación para ayudar a otras personas que estuvieran viviendo esta realidad, y la gran sorpresa fue la cantidad de copropietarios que a través de la Fundación colombiacomparte.com ha podido ayudar. (Fuente El Tiempo)
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