El término de Ciudades inteligentes viene sonando hace ya algunos años en el mundo entero, desde el desarrollo de la revolución 4.0. Tecnologías emergentes vienen imponiéndose como facilitadores de nuestra vida cotidiana en varios campos; nuestro país hasta ahora está incursionando en esa nueva era y está siendo objeto de intervención por las nuevas tecnologías en sus formas de organización y relacionamiento en pro de la convivencia y calidad de vida de los habitantes.
En Colombia tenemos aproximadamente 1200 ciudades y municipios que cuentan con un Plan de Ordenamiento Territorial y un plan de desarrollo, el cual contempla cómo lograr que los sectores productivos de cada territorio crezcan y progresen en pro del desarrollo de sus ciudadanos, teniendo en cuenta sus necesidades y las problemáticas de la región y la implementación de las nuevas tecnologías como lo son inteligencia artificial, IoT, Big Data, herramientas facilitadoras de solución.
En este artículo, nos vamos a centrar en lo que debería ser una ciudad inteligente para posteriormente evaluar si Bogotá, está preparada para ser una de ellas. Primero, queremos comenzar por definir el término, el cual abarca varios aspectos como sostenibilidad, crecimiento económico, tejido social, salud pública y medio ambiente y los ubica como ejes constructores de lo que debe contemplar en su desarrollo una Smart City.
Un territorio puede ser considerado como “Smart” cuando “Tiene una alta capacidad para el aprendizaje y la innovación, que está construida en la creatividad de su población, sus instituciones de producción del conocimiento y su infraestructura digital para la comunicación” (Deakin, 2014, pág19).
“Una ciudad inteligente y sostenible es una ciudad innovadora centrada en las personas, que usa las tecnologías de la información y comunicaciones y otros medios para mejorar la calidad de vida, la eficiencia de las operaciones y servicios urbanos y la competitividad, asegurando el cumplimiento de las necesidades de las generaciones presentes y futuras, con enfoque en lo económico, lo social, lo ambiental y los aspectos culturales” definición del grupo de investigación “Ciudades inteligentes” de la Asociación Red Universitaria Metropolitana de Bogotá (RUMBO)
El gobierno juega un papel importante ya que debe ser el patrocinador de las tecnologías a implementar, lo que garantice los resultados esperados. Por ejemplo, debe asegurar la banda ancha, redes de sensores IoT, e-government, etc. y garantizar una sinergia entre las empresas públicas, privadas y la ciudadanía para la cocreación de las estrategias a implementar.
Como ejemplo práctico, una ciudad líder en implementación de estrategias para la transformación en ciudad inteligente es Barcelona. Esta ciudad decidió apoyar a ciudades más pequeñas en la implementación de las estrategias que la hicieron desarrollarse y avanzar hacia su consolidación como Smart City.
Ahora, es una ciudad modelo, pasando de ser la que desarrolla a ser la que impulsa a aquellas que lo necesiten, a través de una suerte de plan padrino, en el que se aprovecha la experiencia adquirida.
Test diagnóstico de Bogotá
- Se hace uso efectivo de los sensores y redes físicas como integración para el transporte y puesta en marcha de la información.
- Somos conscientes del uso de la tecnología como transformador en la vida cotidiana.
- Existen un protocolo o política generalizada sobre seguridad/ ciberseguridad: protección de datos.
- Se tiene una estrategia para dar solución a la superpoblación que incluya políticas públicas de salud.
- Se tienen canales de relación abierta entre la ciudadanía/ tecnología.
- Bogotá dispone datos abiertos a la ciudadanía.
- Entes gubernamentales y empresas privadas facilitan sus servicios a la ciudadanía.
- La infraestructura de telecomunicaciones y TIC, en general, posee características modernas, a la vanguardia de grandes urbes.
- Convocatorias y licitaciones abiertas a la comunidad exigen como base de toda propuesta el factor tecnológico.
- El uso de las redes sociales permite canalizar las problemáticas de la ciudad y encaminarlas hacia la construcción colectiva de una solución.
- Las universidades y centros académicos están trabajando en proyectos individuales y colectivos de impacto tecnológico hacia ciudades inteligentes.
- La empresa privada y entes gubernamentales patrocina iniciativas de instituciones que promuevan cambios significativos que involucren innovación y tecnología en la comunidad.
Bogotá tendría el reto de facilitar infraestructura tecnológica a las empresas del sector público y privado que lo necesiten, para asegurar el servicio a todos los ciudadanos sin importar estrato socioeconómico, como ejercicio macro para que se puedan desarrollar dimensiones como: movilidad, salud, educación, comercio, medio ambiente, seguridad entre otras.
Adicionalmente, se debe garantizar el desarrollo de capacidades humanas e institucionales que generen valor agregado en sus iniciativas creativas e innovadoras de transformación de su ciudad, ya que no es solo el uso de las tecnologías lo que mide o convierte a una ciudad en ciudad inteligente, sino su aprendizaje continuo y aplicación de sus conocimientos, gestionando la comprensión de su realidad, abarcando su problemática desde una visión holística en pro de dar solución a ésta integralmente, priorizando el mejoramiento de su calidad de vida y convivencia ciudadana.
Como miembro investigador del grupo de ciudades inteligentes y una de las coordinadoras del observatorio de humanismo digital, creo que el factor humano debe ser el capital y principal insumo, para continuar desarrollando iniciativas de propuestas de mejoramiento de nuestra ciudad desde una visión global y holística de nuestras problemáticas, involucrando a nuestros entes gubernamentales y grandes empresas del sector privado, para que sean los grandes patrocinadores de los proyectos que se generan desde las instituciones académicas y cuya base debe ser el uso adecuado de estas tecnologías emergentes.
Autor: Laura Johanna González Rincón
Directora del departamento de Informática Educativa
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