Las marchas, las manifestaciones, la violencia, el vandalismo, la fuerza desmedida, son todas ellas un coctail que alimenta la realidad social que vive nuestra querida Colombia, en respuesta a la crisis de salud, económica y social consecuencia de la pandemia del Covid 19, el revuelo que ha generado la reforma tributaria, la reforma a la salud y la protesta social, que trae como consecuencia los desmanes de una sociedad en crisis, arrinconada por un lado por el contagio del virus, y por otro la crisis de ingresos, la escasez muy fuerte al interior de las familias, al punto del trapo rojo en la puerta o ventana en señal de la necesidad de ayuda para sobrevivir la situación.
Un gobierno con desaciertos en su posición, que exacerba aún más la fuerte crisis social, fortaleciendo la protesta social, resquebrajando aún más, una sociedad desintegrada y avizorando una solución: “El Estado de Conmoción Interior” para cambiar la realidad social actual en nuestro país, sin desconocer las consecuencias que tendría.
El presidente Duque manifestó: “Uno como jefe de Estado no puede renunciar a ninguna de las herramientas que le dan la Constitución y la Ley”.
Ley 137 de 1994 por la cual se regulan los Estados de Excepción en Colombia
Es una Ley Estatutaria que regula los Estados de Guerra Exterior, Conmoción Interior y Emergencia Económica, Social y Ecológica.
El Estado de Conmoción Interior es un Estado de Emergencia que está contemplado en el artículo 213 de la Constitución, con el cual se le da facultades especiales al presidente de la República, para recuperar el orden, cuando la situación social se sale de control.
Como sociedad debemos recomponer el camino, de manera urgente ser parte del diálogo nacional, expresando nuestra voz, independiente a nuestra posición como individuo en la sociedad, y en medio de esta gran crisis, convertirla en la gran oportunidad de cambio.
La convivencia ciudadana es una responsabilidad de todos, cada uno de nosotros debe cumplir con su deber, antes de reclamar los derechos, haciendo su parte, debemos reconocer nuestros propios errores y desaciertos y aportar soluciones sociales de fondo con nuestro buen actuar, para lograr un buen vivir, siendo un buen ciudadano, o mejor un ciudadano ejemplar, es decir que el bien común sea nuestra sólida estructura de base, para un bienestar social de la comunidad, y como consecuencia de rebote el bienestar social de nuestra familia y cada uno de nosotros.
#UnidosEntreTodosPodemos
Ahh y no podemos dejar de lado un tema clave que nos impacta a todos: La seguridad de los conjuntos residenciales debe estar en primera línea, el protocolo de seguridad para edificios y conjuntos residenciales es un instrumento que establece lineamientos útiles para protegerse como comunidad, de los riesgos externos a los que se pueda estar expuestos.
Este análisis es una alerta temprana, debemos desescalar los desmanes del pueblo enardecido, los desmanes deben disminuir, deben perder fuerza, se deben acabar, y el diálogo nacional debe ser el escenario fortalecido por la participación ciudadana.
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